lunes, 12 de mayo de 2008

Libro "Redes inalámbricas para Zonas Rurales"


El Grupo de Telecomunicaciones Rurales de la PUCP (Universidad que es contraparte local de los proyectos que la Fundación EHAS desarrolla en Perú, como por ejemplo el que aquí hemos relatado del Napo), ha publicado un libro que trata en profundidad el despliegue de redes inalámbricas para zonas rurales de países en desarrollo. Podéis descargar el libro si lo deseáis ya que está licenciado bajo Creative Commons. Os lo recomiendo.

lunes, 5 de mayo de 2008

¡Sírvame la despedida mejor fría!

Bueno...aquí estoy en mi último post sobre el Napo.

Lo he alargado mucho, quizás demasiado, por un efecto psicológico que se produce al terminar de contar una historia...no se, es como si de nuevo se acabase, parece como un "ya fué", como dice la gente a 9000km de aquí.

Pero bueno, tengo que hacerlo, tengo que dar cierre a esta historia y que otros en el futuro escriban en este blog contando su experiencia. Por el momento y si se cumplen las previsiones (previsión = "financiador suelta la pasta") es posible que en octubre/noviembre o por ahí, otro Nacho escriba en este blog para contaros otra historia sobre Ecuador...pero todo se andará.

Creo que en la entrada anterior ya algo os había hablado de cómo un lunes 10 de diciembre de 2007 Yuri y yo montábamos en un avión de la compañía LAN rumbo a Lima desde Iquitos. Inés y Leo todavía se quedarían un día más que aprovecharon para hacer algunas compras y demás.

Ya desde mis últimos días en la selva, desde Santa Clotilde, hablé por mensajería instantánea con Carlos (ingeniero de EHAS trabajando en Lima en ese momento y amigo del alma) y con Yllari (compañera de piso de Carlos en Lima que ya en ese momento era también amiga inestimable mía) para pedirles el favor de que me alojaran la siguiente semana en su hogar limeño. Así pues, con todo atado para mi regreso, cuando llegué a Lima lo primero fue volver a la PUCP para descargar la parte del material que nosotros transportábamos y para un reencuentro con todo el Grupo de Telecomunicaciones Rurales de la PUCP. Como en toda vuelta de viaje, fue estupendo arrancarse a contar batallitas, reirse de lo pasado y comenzar ese lento proceso de asimilación de lo vivido, que aún hoy no ha concluído, aunque ya vuelvo a estar de nuevo muy asimilado a mi rutina cotidiana.

El día de mi regreso a Lima, Inés, la pobre, tuvo un duro contacto con el frío mundo de la Universidad Carlos III y su fauna. Por el no muy inteligente edicto de uno de sus profesores y con la complicidad de un esquema de evaluación frío y estúpido que impera en esta universidad que nos apadrina, al perderse una de las prácticas de la que era su última asignatura en la carrera, se le dijo que tendría la asignatura suspensa en esa convocatoria y tendría que esperar a presentarse en septiembre (quienes conozcan los procedimientos de la Carlos III no se sorprenderán, pero quizás a los demás les sorprenda saber que una universidad que ha firmado un código de conducta en materia de cooperación para el desarrollo en el que se afirma que en ningún caso puede ser perjudicado un alumno por realizar una labor de este tipo, sea capaz de suspender a una alumna sólo por no presentarse a una práctica que pudiera haber repetido más tarde, y a la que no pudo presentarse por estar realizando tan encomiable labor en la selva peruana). Ésta amenaza hizo que tuviera que comprar un billete de vuelta a España para el día siguiente a su vuelta a Lima, por lo que la inestimable compañera que durante casi 2 meses y medio vivió conmigo toda esta grandiosa vivencia, se me escapaba de vuelta. Desde aquí quiero dar las gracias a Inés por toda su experiencia y todo cuanto me ha aportado su presencia y decisión durante todo el tiempo del proyecto. Si por mí, mis despistes y mi desorganización hubiera sido, a saber cómo habría ido todo :). ¡Gracias Inés!

Y así quedaba yo en Lima sin mi compañera, dispuesto a vivir los últimos días de esta etapa peruana de mi vida. Los días siguientes los pasaría yendo a dormir a casa de Yllari, Carlos y Santiago y pasaría el resto del tiempo en la PUCP transfiriendo todos los datos de lo realizado en el Napo, redactando informes, y un largo etcétera que aún no ha sido cerrado. Todavía el informe final del Napo está siendo redactado (sí, somos así de lentos :) ) y queda por enviarse un manual de "línea de comandos" que le prometí a mi gran amigo Robin Vásquez de Santa Clotilde.

Por lo demás, las noches limeñas las pasé con Yllari y Carlos viendo películas, hablando, riendo y compartiendo mi vida con ellos. Tengo que lanzar un agradecimiento especial a Yllari, que tanto me aportó y que tanto me enseñó. Poeta inigualable (os recomiendo que visitéis su blog si queréis disfrutar de su arte), persona de enorme corazón con gran capacidad para hechizar con sus palabras y brindar a quien le rodea un trocito de cielo con forma de verso o de conversación profunda. Si paseáis por su blog, descubriréis una burbuja donde todo es distinto, más bello, más alegre...o más bien, lo que veréis es la impronta de su alma con forma de pixels. Disfrutadlo amigos/as, pocas webs condensan tanto sentimiento (por cierto, ha publicado su primer libro de poesía, "El canto de los ajenos" que os recomiendo os hagáis con él como sea).

Realmente creo que un trozo de mí está en Lima y en el Napo, y que un trozo del Napo y de Lima volvieron conmigo. Dejo tras de mi experiencias, vivencias y aprendizajes incuantificables que quizás un día vuelva a encontrar, ojalá. El correo electrónico se torna ahora el único medio para recorrer ese cordón umbilical de 9000kms que me he fabricado en ese tiempo de trabajo en Perú. Amigos/as, para mí en este recuerdo hay mucho agradecimiento y cariño hacia todo lo vivido y hacia todos/as quienes han hecho posible que lo viva, así que pondré algunas fotos de personas que quiero recordar antes de dar carpetazo a la historia en este blog y dejar que otros/as puedan contar la suya. A todos/as, ¡muchas gracias!

A Leo (alias "Leófilo", alias "Leontina"), que se comportó como algo más que un buen jefe de proyecto, fue casi como un padre para nosotros/as, haciendo todo infinitamente más fácil y sacrificándose con su esfuerzo cada segundo que lo requiriese. Gracias amigo.



A Teo (alias "Teopoldo", alias "Teolinda"), que me mostró la selva desde sus propios ojos, que me acercó más que nadie pudiera haberlo hecho a la bondad de sus gentes y que se convirtió desde entonces en un amigo (casi hermano diría yo) que procuraré no perder desde la distancia.


A Inés (alias "inesita"), compañera y amiga del alma, inestimable apoyo de largo bagage y capacidades sin límite. Por aguantarme cuando tuviera que hacerlo, por su posición firme y decidida cuando yo no la tuve, por su sacrificio, por darle un empujoncito a la vida auguantando los chaparrones implacable incluso desde la posición de ser la única mujer en un entorno de hombres, lo que lo hace más complicado aún. Gracias por tu fortaleza, tu compañía y tu amistad.


Al gran gran Victor Hugo (alias "vitucho"), que con su desparpajo y su alegría hicieron de San Rafael una población de parada deseada y de una posible malaria una lejana posibilidad que se alejaba con pinchazos de Metamizol (si mal no recuerdo).


A Yllari, que con su gran corazón, su poesía siempre transformante, sus palabras y su mirada, me unieron emocionalmente a Perú de forma única. Gracias por estar ahí, por alojarme, por saber tratarme y entenderme de forma tan profunda. Gracias por ser tú.


A Carlos, amigo del alma de la Carlos III con quien el reencuentro en Lima fue todo un regalo y una bendición. Por ser un bálsamo, un lubricante perfecto para nuestra adaptación al cambio de entorno y un compañero de días y noches limeños que espero poder repetir en Madrid por mucho. Gracias amigo.


A mi gran amigo Robin Vásquez (Ingeniero Informático en otra vida) por su incansable trabajo para el beneficio de todas las personas que en el Napo moran, por su afilada lengua chistosa siempre preparada para desparramar un chiste sobre la mesa o para gritar "chinchón" en medio de la selva (mientras discrétamente hace trampas). Gracias compañero.


A Yuri (alias "Yuriko"), por su paciencia, por enseñarme el valor del trabajo bien hecho sin importar el cuándo, por estar dispuesto a todo con semblante apacible y discreto silencio, por su constancia en el trabajo.


A Quique ("el cocinillas") que en más de una ocasión nos sacó del apuro con su Quaker bien preparado y con algún que otro tequila bien servido en San Rafael.


A todo el personal del Centro de Salud de Santa Clotilde, que nos cuidaron como si fuéramos hijos extraviados que vuelven al hogar (con tarta de chocolate incluída), por su amabilidad y su amistad.


A Gerson (alias "la Gersi") porque con su alegría (en ocasiones extrema) hizo más divertido el paso por Lima y muy productiva una formación que hay que decir que fue "tooooodo un éxito", aunque me quedó pendiente ver la perfección del baile de su "marinera norteña".


A Patricia...


...a Rafa...


...a Alonso...


...y a Vanessa. Por situar en el mapamundi de mis amigos 4 puntos fuertes en Loja, Ecuador, y por trabajar como lo hacen, de forma incansable, por el desarrollo de su país desde la UTPL (Universidad Técnica Particular de Loja).


A mis hermanos de Campo Serio, Víctor (alias "alemán") y Robert, que con su calma, su buen hacer y su discreción, se hicieron buenos amigos nuestros, nos abrieron su corazón y nos brindaron buena conversación, comida y bebida. Gracias por esas charlas nocturnas, gracias por curarme cuando lo necesité (jeje, menos mal que al final no fue malaria, ¿eh?), gracias...gracias por todo.


A la selva y a sus gentes, por acogernos con su alegría, su vida y sus costumbres, y consentir que un blanquito extraño realizara una pequeña aportación y aprendiera tanto.

...y como no...


...también a sus bichos, por dejar que saliera de allí con vida y la suficiente sangre en el cuerpo como para contarlo :).

...y por supuesto también, a todo el equipo de salud de Cabo Pantoja, a Lima (Carlos, Santiago, Yllari, Oriol, Prune...) y a todo el Grupo de Telecomunicaciones Rurales de la PUCP (Leo, Juan Paco, César, River, David, Lucho, Jaime, Paola, Rómulo...), a Perú y a tanta gente de la que no tenía foto almacenada pero que también están en mis recuerdos y han sido ya integrados en mi historia como yo espero haberme integrado en la suya.

A todas, a todos, mil gracias de un granaíno jaenero con formación madrileña y ahora sentimientos también un poco peruanos, un poco selváticos y un poco naporunos.

Dejo en adelante este blog a quienes quieran relatar su historia en la cooperación para el desarrollo. Sospecho que no pasará mucho tiempo antes de que alguien comience a contar su historia. Para todo el que quiera saber más de este proyecto, en la web de la delegación Carlos III de Ingeniería Sin Fronteras dejaré colgados los informes del proyecto cuando estén terminados (ya falta poquito) y podréis ver más fotos del proyecto.

Un saludo amigos/as. Hasta pronto y ya sabéis...

...¡comed muchas verduras!