lunes, 28 de enero de 2008

El día "D"...el éxito

¡Y llegó el día Del éxito!

Por supuesto esto no lo sabíamos aún nosotros todavía. Sólo sabíamos que nos teníamos que levantar temprano para trabajar lo máximo posible desde Campo Serio mientras Inés, Kike y Yuri hacían lo propio desde Angoteros.

Debió ser como a las 6 de la mañana, no recuerdo bien, cuando nos despertamos ese día. Lo primero, un buen desayuno a base de "Quaker" y unas risas que nunca vienen mal (la verdad es que no me puedo quejar, durante todo el viaje nuestro nivel de risotadas estuvo rayando lo tronchante, lo que hacía bastante llevaderos todos los inconvenientes que se presentaran).

A eso de las 9 de la mañana, si mal no recuerdo, y después de mucho remolonear, Limber nos apiló en el botecito pequeño que en Angoteros había disponible ya que era más rápido que el grande, junto con su hijo, su mujer y parte de nuestra carga, para llevarnos rápido a Campo Serio donde nos esperaban Víctor (también apodado "alemán") , Robert (nunca supe si se escribía con <<t>> final o no) y la madre de ambos. La verdad es que en todo el Napo todas las personas que nos encontraron se portaron con nosotros de maravilla, pero Robert, Víctor y su madre nos hicieron sentir como si aquélla fuera nuestra casa. Todo un lujo pasar por allí.

Lo primero que hicimos al llegar fue subir a la torre para reiniciar manualmente la WRAP2 de Campo Serio, que era la que estaba colgada desde hacía más de 2 semanas dejándonos incomunicados río arriba. Como esperábamos, el resultado fue que la red volvió a funcionar normalmente, pero eso de que la WRAP se colgara sola era muy sospechoso e inestable. No podíamos irnos de allí dejando aquéllo en ese estado. Teníamos que encontrar la falla.

Así pues, estuvimos probando múltiples cosas: intercambiando tarjetas inalámbricas, reiniciando interfaces de red, etc y ya pensábamos en reinstalar la WRAP para descartar el fallo de software cuando descubrimos que una de las tarjetas hacía cosas raras. Entonces a Leo se le encendió la bombilla. ¿Y si cambiáramos esa tarjeta? La cosa parecía imposible pues no traíamos repuesto para tarjetas inalámbricas, pero entonces Leo recordó que en su portátil tenía una tarjeta CM9. La tarjeta que estaba fallando era la SR2 que son las que se usan para los enlaces más largos pues botan como unos 400mW de potencia, mientras que las CM9 si mal no recuerdo botaban algo así como unos 180mW. Era un problema, pero bueno, mejor que llegara menos nivel de señal y reportarlo para que en el siguiente viaje al Napo alguien trajera una SR2 antes que dejar la red inestable y que se pudiera caer en cualquier momento.

Sacamos la CM9 del portátil de Leo, la colocamos en la WRAP2 sustituyendo la SR2 y ¡voilà! como por arte de magia todo estaba activo y estable. Obviamente el nivel de señal percibido desde Angoteros se redujo considerablemente, unos 10dBm, pero seguía rondando los -70dBm que era suficiente para conseguir el enlace. Decidimos pues hablar con el grupo de Angoteros y hacer un afinamiento de la alineación de las antenas para alcanzar el mayor nivel de señal posible, y finalmente se pudo conseguir un nivel de señal recibido en Angoteros cercano a los -66 o -67dBm si mal no recuerdo. No es que fuera lo mejor que habíamos visto, pero suficiente para tener la red estable y funcionando.

Entonces vino el momento de ver el ancho de banda de extremo a extremo (sin contar con Tacsha Curaray que todavía no tenía comunicación debido a que teníamos el dipolo de su antena en nuestras manos) para ver si conseguiríamos ese 1Mbps que teníamos como objetivo para el viaje.

...y...

...¡tachánnnnnnnn!...el ancho de banda llegó incluso a los 1.5Mbps. Os podéis imaginar la felicidad. De hecho ya escribí otra entrada en aquél momento rebosando felicidad por el éxito, momento en el que os dije que pondría un vídeo que grabamos en el momento del éxito fumándonos un mapacho a la salud del proyecto. Pues bien, lo prometido es deuda, y aquí lo pongo.



Probamos a llamar a todos los puestos, comprobando que ya no se entrecortaba la comunicación a ninguno y estuvimos el resto del día monitoreando la red para asegurarnos que estaba todo estable y no era una ilusión. La alegría nos desbordaba, pues todo iba sobre ruedas.

En la llamada a San Rafael nos dijeron que su PC se seguía reiniciando sin motivo alguno y que a pesar de que toda la red tenía internet, ellos no lo tenían. Nos parecía raro, pero como teníamos que parar allí en nuestro descenso al día siguiente, pues ya veríamos cuáles eran los problemas una vez estuviéramos allí. Por el momento el resto de la red estaba perfectamente y nosotros rebosantes de felicidad.

Y bueno, lo demás es objeto de la siguiente entrada, así que me despido de vosotros con un ya típico

¡comed muchas verduras!

Hasta pronto amigos/as

domingo, 27 de enero de 2008

Documental EHAS

Haciendo un alto en la historia del Napo, esta entrada es únicamente para dejaros un documental sobre EHAS que se puede ver por internet y que echaron en su día en TVE2. Ahí lo dejo.



Espero que os guste.

sábado, 26 de enero de 2008

Pabajo tol mundo!

A las wenas!

¿Qué tal amigos/as? Jeje, esto que tenía intención de ser un blog donde se recogiesen las experiencias en cooperación de todos/as los/as expatriados/as en proyectos de cooperación de la Carlos III al final ha terminao siendo algo así como mi blog personal, porque nadie escribe...pero bueno...no le guardo a nadie rencor (grrrrrrr ;) ).

Bueno, seguimos contando la experiencia del proyecto de Repotenciación de la Micro Red Wifi del río Napo.

Nos encontrábamos ya en el punto más lejano de la red del Napo, Cabo Pantoja, frontera entre Perú y Ecuador. Aquí empezó la bajada, la parte más liviana del trabajo pero en la que debíamos prestar mayor atención en dejar todo listo de forma estable. Además, todavía una gota bien fresquita de sudor surcaba nuestros vapuleados rostros cada vez que pensábamos en el enlace Campo Serio <-> Angoteros (<<¿qué !@#~¬ le pasará?>> nos preguntábamos constantemente. Uy, perdón por la censura, quería decir <<¿qué coño le pasará?>>).

El personal de salud del CS Cabo Pantoja decidió que nuestro trabajo era ya suficientemente pesado sin ocio, así que aprovechando que estábamos en un núcleo de población medianamente denso (unos 500 habitantes o así), decidieron invitarnos a unos bailes en la maravillosa discoteca del lugar, llamada "La Espumita". Jeje, todo un show. Las "chelas" volaron por nuestros cansados esófagos al son de ritmos tan variados como "Borracha Perdida" de Marisol, cantante regional que desde el primer momento pasó a ser algo así como la banda sonora del trayecto por el Napo, rebautizada ya como "La Borracha". Creo que no hay fotos ni vídeos de aquélla noche, y la verdad es que lo agradezco muchísimo, pues la poca dignidad que quedaba en mi vida aún se escurre entre los tablones del suelo de la discoteca :). Efectivamente, bailé como todo hijo de vecino napuruno.

Al día siguiente, nuestro último en la frontera, aprovecharíamos para lavar ropa (olíamos a mono durante todo el viaje...algo que tristemente descubriría por contraste al regresar a Lima), jugar un poco al fútbol en la playa frente al pueblecito (nos tocó perder una apuesta de media caja de chelas en partido de Teo y Kike contra Yuri, Leo y yo); para finalmente dejar pasar las últimas horas nocturnas entre partidas de Chinchón en el hostal "Napuruna" de la población, donde nos alojábamos. Ésta noche era la última y coincidía con el relevo de los militares de la base, así que estaban las calles bien moviditas.

Finalmente llegó la mañana en que partíamos. Nos despedimos del punto más lejano hasta el que habríamos de llegar, pagamos a la señora que nos cocinó, a la señora del hostal, compré una hamaca aprovechando que era el punto más lejano (un poco cara, como unos /.35) y nos subimos al bote con la intención de cubrir en ese día todos los trabajos que restaran hasta Angoteros para pernoctar allí.

La primera parada la hicimos en Tempestad. La intención era realinear su antena norte, la que apunta hacia Torres Causana para dejar éste enlace en el mejor nivel de señal posible. La alineación del otro extremo ya la había hecho el grupo Yuri-Inés-Kike a la subida de Tempestad a Pantoja así que sólo nos restaba ésto.

La alineación nos hizo ganar unos dBs, y así, contentos, seguimos hasta Tupac, para comprobar que sus sistemas estuvieran bien y que el nivel de señal fuera suficiente.

Siguiente alto en el camino: Tupac Amaru. De nuevo la más pequeña de las torres, la de 39 metros se alzó ante nosotros, con nuestro gran amigo poblador, que nos alojó a la subida, y al que le dejaría como presente algunos "mapachos" (el cigarro de la selva). Tras verificar que los niveles de señal de la estación eran óptimos, nos arrancamos para el último tirón del día hacia Angoteros. Allí debería quedar el grupo de Yuri, Inés y Kike para que al día siguiente tomásemos posición Leo, Teo y yo en Campo Serio e hiciésemos frente al gran reto del enlace rebelde.

En Angoteros conseguimos nueva música para reemplazar las 39 (creo) canciones que Leo tenía en su móvil y que ya teníamos más que aborrecidas de todo el viaje. Luego un baño que no nos venía mal, y finalmente cada uno a su tienda de campaña a dormir y sudar, como todas las noches, protegidos de los voraces mosquitos por esa fina capa de plástico que provocaba un sofocante efecto invernadero.

Y bueno, de todo ésto creo que no hay fotos, así que esta entrada volverá a ser una de esas más sosas que el culo de un pepino, sólo texto.

Al día siguiente partimos tempranito en el botecito del motorista de Angoteros, Limber, hacia Campo Serio, pero eso es ya materia de la siguiente entrada.

Como de costumbre, ¡que las verduras os sacien el hambre! ...digo... ¡comed muchas verduras!

¡Uy, acabo de encontrar una foto de aquél momento! Es de cuando pasamos por Túpac a la vuelta. No muestra más que el alineamiento de la antena yagui cliente hacia la más pequeña de las torres, pero algo es algo, y un documento gráfico no se puede deshechar. Ahí la dejo.

miércoles, 2 de enero de 2008

Final de la primera vuelta


Aquí estoy de nuevo para contaros un poco más de lo que pasó en la selva.

Íbamos ya por Torres Causana. De ahí, nuestro siguiente salto fue ya al último punto de la red, al más alejado, que es Cabo Pantoja. Frontera con Ecuador, pese a su lejanía es un pueblo grande, debido a los militares que pueblan esos lares.

Las cosas entre Perú y Ecuador no hace mucho que fueron un poco chungas y en la frontera el ánimo no es muy de hacer amigos. Algo que refleja este enchungamiento es el nombre del batallón de selva que allí se encuentra. El primer pueblo ecuatoriano al otro lado de la frontera se llama Rocafuerte, bueno, pues el batallón de selva del lado peruano se llama "Vencedores de Rocafuerte", je, haciendo amigos ;).


Una foto que refleja nuestra llegada a Cabo Pantoja podría ser ésta...

aunque ahí no se ve muy bien el entorno, así que acudiré mejor a esta foto que hizo Inés, que es más ilustrativa (cuando queráis saber si una foto es mía o de Inés, sólo mirad si está bien, y si es así o la hizo Inés o la hizo Leo, las mías son las que huelen nada más verlas).


En Cabo Pantoja todavía no teníamos todo lo necesario. Teníamos la caja de distribución de la torre nueva que íbamos a colocar, pero no la de batería así que no podíamos hacer todos los trabajos hasta que no llegase el grupo de Inés, Yuri y Kike. Mientras que eso sucedía, que sería al día siguiente, fuimos bajando las cajas, haciendo la capacitación y montando la caja de distribución.

La gente del centro de salud nos trató genial, nos trataron muy bien, compartieron su humor con nosotros y además, nos invitaron un día a "la espumita", la discoteca local, para que fuésemos a bailar todos juntos. Quien me conozca sabrá que es prácticamente imposible que baile, pero, sí, allí bailé como todos y como todas (igual pero mucho peor simplemente), y nos divertimos mucho, la verdad.

Una vez llegó el grupo de Inés, Yuri y Kike, ya nos pusimos a terminar las cajas, hacer las mediciones de corriente y voltaje entregados por todos los equipos, cementar la base de la torre, engrasar los vientos y demás asuntos varios para terminar por fin la primera vuelta. De ahí en adelante, todos los puestos que fuéramos dejando atrás tendrían que estar perfectos porque ya no habría vuelta atrás, así que pese a que el trabajo duro estaba hecho, la atención era máxima a partir de ahí.

Antes de marcharnos de Cabo Pantoja quisimos inmortalizarnos en una foto de todo el grupo del proyecto, los 6, en el punto más lejano de esta red de más de 300 kilómetros que está brindando tanto servicio a los pobladores de las orillas del Napo. Aquí nos podéis ver en pose espontánea ;).

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Teo (torrero profesional), Leo (ingeniero electrónico), Kike (torrero profesional), un piltrafilla llamado Nacho (aún a la caza de su título de ingeniero telemático), la pequeña Inés (con el título de ingeniera en telecomunicaciones casi en la mano) y finalmente Yuri (ingeniero metalúrgico). Esta es la estampa del proyecto, cuando aún faltaba la bajada del río, pero lo duro ya estaba hecho.

Y así las cosas, veamos cuál era el estado de la red en ese preciso instante.

Tacsha Curaray <-> Santa Clotilde
El enlace estaba caído. El motivo es que cuando el grupo de Yuri, Inés y Kike bajó a reparar Santa -> Copal, y pensando que algún dipolo de alguna antena podría fallar río arriba, decidió que de llevarse como repuesto algún dipolo, lo mejor era llevarse el de la antena que apuntaba desde Santa a Copal, porque así sólo una estación quedaría sin servicio durante los trabajos. Quedaba pues reponer dicho dipolo.

Santa Clotilde <-> Copal Urco
Enlace en perfecto estado. En Santa Clotilde faltaba poner la nueva caja de batería puesto que cuando de allí nos fuimos aún faltaba una caja por llegar y era más fácil que la caja llegara a Santa que a cualquier otro punto.

Copal Urco <-> San Rafael
Enlace en perfecto estado.

San Rafael <-> Rumi Tuni
Enlace en perfecto estado. En San Rafael había que revisar el motivo por el que la PC se andaba reiniciando de vez en cuando y reponer su lectora de DVD por una que estuviera en perfecto estado. Como problema añadido, en San Rafael nos habríamos de encontrar con que debido a una desconfiguración de los servidores DNS de la PC, el personal no estaba accediendo a internet.

Rumi Tuni <-> Campo Serio
Enlace en perfecto estado.

Campo Serio <-> Angoteros
Punto crítico de la red. Debido al cuelgue de la WRAP2 de Campo Serio, estábamos incomunicados desde que superamos este punto. Además la red en este punto venía siendo inestable desde hacía unos meses y era vital no irnos de allí sin dejarlo en perfecto estado. En realidad, era el único que nos quitaba el sueño en aquél momento.

Angoteros <-> Tupac Amaru
Enlace en perfecto estado.

Tupac Amaru <-> Tempestad
Enlace en perfecto estado, se pensó realinear un poco esta antena pero luego habríamos de ver que no era necesario probándolo empíricamente.

Tempestad <-> Torres Causana
Enlace en perfecto estado, con algún trabajo de realineamiento pendiente, que haríamos sin mayor problema en la bajada.

Torres Causana <-> Cabo Pantoja
Enlace en perfecto estado.

Además, teníamos en mente que nuestro objetivo era conseguir un ancho de banda de extremo a extremo de 1Mbps. Antes de bajar medimos el ancho de banda desde Cabo Pantoja hasta Angoteros (el punto más lejano alcanzable en aquél momento desde Cabo Pantoja debido al problema Campo Serio -> Angoteros), y nos resultó en unos 1.6Mbps, lo que dejaba alguna esperanza de que consiguiéramos el objetivo.

Después de nuestra bajada, el arreglo de Campo Serio y otras tareas menores, llegaríamos a conseguir un ancho de banda en torno a 1.5Mbps de extremo a extremo, pero es ya historia de otra entrada.

Aquí os dejo para que sigáis comiendo polvorones y disfrutando de las navidades como mejor podáis en este momento.

Y recordad, una foto de Cabo Pantoja, y pa no perder la costumbre, disfrutad, vivid y ¡comed muchas verduras!


Hasta pronto.