sábado, 4 de julio de 2009

Tele-estetoscopía...o cómo una palabra tan chunga puede suponer algo tan emocionante

Bueno, lo prometido era deuda y aquí estoy de nuevo para contaros en lo último en lo que estoy metido en medio de estos calores veraniegos.



Desde que entré a formar parte del equipo técnico de la Fundación EHAS he tenido la oportunidad de participar de unos cuantos proyectos de los que he aprendido muchísimo, y que trataré de ir relatando poco a poco en distintas entradas, pero ahora voy a hablar del último en el que ando metido, quizás el más interesante de ellos desde el punto de vista técnico por los nuevos retos que plantea (o al menos son retos para mi, que nunca había hecho nada de procesado de audio), y que consiste en el desarrollo de un tele-estetoscopio (o tele-fonendo) digital de bajo costo que permitirá al personal de salud de regiones aisladas diagnosticar a distancia a pacientes así como también a los pacientes que se encuentren en estas regiones pedir un segundo diagnóstico a médicos que se encuentren en zonas lejanas.

Este proyecto lo está llevando a cabo la Fundación EHAS junto con una fundación argentina llamada Fundatel, quienes han sido los responsables del diseño electrónico y de la mayor parte del desarrollo software.

La cosa es conceptualmente sencilla. Se agarra un estetoscopio normal y corriente, en nuestro caso un estetoscopio marca Littmann, como éste...


...se corta el tubo que comunica la campana con las olivas por mitad y se pone en medio la electrónica necesaria para procesar el audio que entra desde la campana, y delvover audio por las olivas. Y uno pensará...¿y pa qué #$%& dice este tipo que reviente un estetoscopio, digitalice el audio y luego lo vuelva a sacar por las olivas? ¿es que no se ha dao cuenta de que el sonido ya sale por las olivas sin necesidad de tó esa paranoia?

Jeje, pues sí, es verdad, pero tener el audio digitalizado tiene también sus ventajas. Por ejemplo, cuando se ausculta a una persona con mucha grasa corporal, habitualmente a los médicos les cuesta oir con claridad el sonido o incluso no alcanzan a oirlo. Amplificar el sonido analógico es difícil, pero cuando lo hemos digitalizado consiste básicamente en multiplicar el valor de un registro...vaya, mucho más sencillo, ¿no?

Y no sólo tiene ventajas para el procesado local del audio. Las ventajas sobre todo, vienen del hecho de que una vez digitalizado, ese audio nos lo podemos llevar con relativa facilidad donde queramos. Ponemos un chip bluetooth al estetoscopio, conectamos a un PC un dongle bluetooth (si no lo trae incorporado) y con un pequeño desarrollo software hacemos que el PC reciba el audio del estetoscopio y se lo pase a un softphone tipo skype o ekiga, de forma que otro tipo en otro lugar del mundo pueda escuchar en un estetoscopio igual lo que se recibe en el nuestro únicamente descolgando una llamada en skype o ekiga. ¿Suena bien no? Pues mola más todavía :). También podemos hacer cosas como grabar el sonido y transmitirlo a un servidor centralizado para que el médico pueda diagnosticar en otro momento conectándose a ese servidor, o generar diagnósticos automáticos de enfermedades que puedan ser reconocidas a través de un patrón conocido de sonidos, emitir alertas cuando este tipo de audio se produzca a los médicos, etc, etc, etc.

Bueno, esa es a vista de pájaro la idea. En las próximas entradas iré explicando un pelín más en detalle cómo se pasa de un chip bluetooth, un codec audio, un dsPIC, un dongle bluetooth y una poquilla de programación en C a un estetoscopio digital plenamente funcional.

Y nada, a cuidarse, comed muchas verduras que son wenas pal corazón :).

PD: sí, se que ha sido más cortico que otras entradas anteriores, pero weno, por lo menos he escrito.