Buenas de nuevo compañeros/as de penurias y vivencias los unos, lectores distraídos por la web (no creo que haya muchos más que los colegas y eso) los otros.
La vuelta a Santa Clotilde plantaba encima de la mesa lo que días atrás ya nos veníamos temiendo: el proyecto estaba llegando a su fin, y vienen a la cabeza de uno todas esas cosas que surgen en las despedidas como por generación espontánea, aunque siempre estuvieron ahí, "con mucha gente mantendremos el contacto, con otros lo perderemos, cómo creemos que ha estado el proyecto, ha sido realmente útil, y ahora ¿qué?", en fin, esas rayadas mentales.
Las chavalinas del centro de salud, con las que ya tan bien nos llevábamos, nos habían prometido una tarta de chocolate de la que quien me conozca podrá suponer de antemano que di buena cuenta en su momento. Es bien conocido por mis allegados y poco por los científicos que debieran estudiar mi biología, que poseo dos estómagos bien diferenciados y que separan su funcionamiento en función del material que acceda al esófago. Así, si lo que me echo al gaznate es un dulce, el estómago de dulces, que parece no tener fondo, entra en funcionamiento. Para todo lo demás, tengo un estómago normalico con gran elasticidad para asumir atracones. La perspectiva de la tarta me tenía contento, sobre todo teniendo en cuenta que no habían surcado muchos dulces mis entrañas desde que llegamos al Napo.
Según lo previsto, Yuri y Kike fueron a Tacsha Curaray en la mañana temprano, y quedamos con ellos en recogerlos a la bajada con un bote del gobierno regional que nos cobró el pasaje a S/.50, que era más barato que los S/.75 del pasaje en rápido hacia Mazán.
El día lo pasamos realizando las labores que restaban en Santa Clotilde, como instalar la nueva caja de batería que aún no se había hecho en este lugar (a la subida faltaba por llegar una caja así que nos llevamos la de Santa para instalar la suya a la bajada). Leo, demostró sus dotes de electrónico fabricando un conversor de 12 a 5 voltios funcional a partir de piezas de 2 estropeados, luego repasamos toda la instalación y constatamos que todo estaba en orden, amén de realizar una última monitorización de red para que quedara registro de todo.
Luego llegó la noche, y con ella la tarta de chocolate y la despedida. Nos tocó despedirnos de todos y todas con mucha tristeza, por saber que pasará tiempo antes de poder volver a verles, pero con la seguridad de dejar en el Napo algo más que sudor y trabajo. Gente buena, digna y acogedora puebla estos inhóspitos lugares y los carga de emociones intensas, de vida y de corazón. La selva late al son de sus gentes, y el personal de salud se asegura de aplicar las palas cuando se entre en fibrilación. Desde la pequeña tribuna de este blog quiero dar las gracias a cuanto Loreto y todo Perú han aportado a estos tristes españolitos que un día pasaron por ingenieros para ayudar en lo que supieron. La fotillo es del momento "tarta de chocolate" :).
A la vuelta un 8/12/2007, nuestras misiones eran sencillas. Primero recoger a Yuri y Kike, luego hacer parada en Negro Urco para tomar datos fotográficos y GPS de las posibles zonas de ampliación de la red hacia Iquitos (por cierto ya se ha conseguido financiación para esta ampliación que se llevará a cabo este año), luego una parada en Tutapishco también para lo mismo, y hacer el resto del camino de vuelta.
Yuri y Kike no se encontraban, y nos dijeron que se fueron en el rápido, así que proseguimos nuestro camino hacia Mazán. Aquí pongo fotos de nuestros altos en el camino para recoger datos. Como anécdota, en Negro Urco, una manada de búfalos nos pegó un buen susto al salir en estampida hacia nosotros. Gracias a que la responsable del puesto de salud sabía cómo reaccionar, nos quedamos quietos, pegamos palmadas al aire y los bicharracos (para que los veáis uno de ellos está en la imágen de cabecera del blog) se echaron a un costado dejándonos pasar. Fue un momento tenso :).
Después del susto con la manada de búfalos
Dentro del Puesto de Salud de Negro Urco
El P.S. Negro Urco por fuera
Llegando a Tutapishco
Un posible sitio para la torre de Tutapishco
El P.S. Tutapishco
El puerto y malecón de Mazán
Finalmente llegamos a Mazán, donde sin hacer parada cruzamos a Indiana, de ahí un botecito que apenas nos aguantaba el peso nos trasladó al puerto de productores de Iquitos bajando por el Amazonas, y ya allí un motocarro nos dejó en nuestro alojamiento para los siguientes 2 días, el hostal "La Casona", al lado de la plaza de armas, sitio confortable donde los haya con comodidades que llevábamos tiempo sin ver, como electricidad 24h y televisión por cable (Cable Mágico) que me puso por primera vez en contacto con las noticias de España a través del canal internacional de TVE.
Al despertar del descanso bien merecido en el hostal, fuimos a recoger a Fernando, Carlos y Germán (ya sabéis, los argentinos de la fundación de telemedicina Fundatel, por cierto, hay un link en el costado de la página ;) a ellos pa quien quiera visitarlos), así como a Robin y Javier, de Santa Clotilde (son quienes se van a quedar a cargo del mantenimiento más en profundidad en el Napo, y gente amable como nadie) y cómo no, Yuri (ingeniero cusqueño de buen corazón y costumbres firmes), y Teo (colega, casi hermano, que nos acompañó como torrero en el Napo. Sale en muchas fotos y algún que otro vídeo del blog). Nos fuimos a cenar juntos al restaurante "kikiriki" cerca de la plaza de armas y de ahí, rápidamente, al concierto que Explosión de Iquitos daba en honor de la patrona. Fue un puntazo ver en persona a quienes había estado escuchando hasta hartarme con la música que trasladamos todo el Napo en el movil de Leo. No aguantamos demasiado, pero suficiente para ver durante un ratejo el concierto. De ahí a la cama y a descansar.
El día siguiente, domingo 9/12/2007 fue el día en el que Yuri y yo compramos nuestros billetes para el lunes siguiente día 10/12/2007 temprano, que nos llevarían de vuelta a Lima en lo que sería nuestra despedida final de la selva (espero que sea mi hasta luego solamente).
Pasamos la mañana en Quistococha, que viene a ser el zoológico de Iquitos, donde se pueden ver los animales que, unos metros fuera de la valla, andan sin rejas ni vallas, pero son más difíciles de ver :). Aquí hay algunas fotos muestra de ello.
El majestuoso puma (un poquillo sobao)
...¡ah! también hicimos el mono un rato...
...y así se nos pasó el día, y llegó la noche. Cenamos en el restaurante "Al Carbón" juntos nuevamente, y luego un paseito por el malecón de Iquitos, ésta vez ya sin Robin, Javier ni Teo, una lástima, pero las charlas entre el trío telemédico (Fundatel) y el cuarteto napuruno (Inés, Leo, Yuri y yo) fueron animadas e instruyentes. Todo un gusto y un placer.
El 10/12/2007, me daría una madrugada de fiebres con visita al hospital regional de Iquitos de regalo, para seguir con un sueño intermedio y terminar con carreras en motocarro para llegar a tiempo al hospital primero a dejar muestras de heces, a casa de Teo después para recoger un rollo de plástico de embalar y al aeropuerto finalmente para embarcar hacia Lima. Al final llegamos a tiempo y pudimos pagar nuestras tasas y todo sin que el avión despegase sin nosotros, todo un lujo.
La llegada a Lima...bueno, eso yo creo que ya os lo cuento en la que yo creo que será mi última entrada sobre el "Proyecto de Repotenciación de la Micro Red de Salud del Napo" (¡Ole ahí peazo de nombre!).
Para esta entrada quiero dejar una postdata especial dedicada a todas las empresas petroleras que reparten el Napo, y en general la selva como si de un pastel se tratase, con "Leyes de la Selva" que pretenden regalar los recursos peruanos al capital internacional (cuando uno dice internacional en este tipo de entornos macroeconómicos usualmente quiere decir 50% norteamericano, 40% europeo, 10% no se sabe). Señores del petroleo, señores de la guerra, señores que representan lo que ayer representó el caucho, lo que tiempo atrás fue oro, plata, cobre, estaño o diamante. Señores que generan deudas externas, señores que juegan con las vidas por un puñado de dólares, que usan latinoamércia como su "Risk" particular. Señores del TLC, señores del oro negro...
...señores...
...por favor, dejen al mundo en paz y devuélvanle la sangre que le derraman. Algún glorioso día, el mundo dejará de perdírselo a ustedes por favor. El tiempo de la rapiña llegará, como todo, a su fin.